Valery, de 48 años quien tiene más de 10 000 saltos base en su haber, pasó más de dos años preparándose para este salto y se valió de un traje especial, en forma de ala, él y su equipo pasaron casi tres semanas en el Himalaya, antes de saltar el pasado 5 de mayo.
Debido a la poca altura del primer acantilado, los primeros momentos del salto fueron los más críticos. Rozov necesitó más tiempo del habitual para hacer la transición de caída libre a volar. Una vez superada esa fase, surcó el cielo durante casi un minuto a velocidades que rondaron los 200 kilómetros por hora. Aterrizó sano y salvo en el glaciar Rongbuk, a 5 950 metros de altitud.
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